No Soy Religioso, Soy Espiritual

La vida de cada persona es un profundo misterio. Corrientes profundas e invisibles nos hacen ser quienes somos, y el mundo que nos rodea está lleno de propósitos y leyes secretas. Una reacción a todo este misterio es tratarlo como un problema que hay que resolver, y hacer todo lo posible para estar informado y tener el control. Pero otra forma es inclinarse en la ignorancia y confesar nuestras limitaciones. La religión y la espiritualidad, durante eones han estado estrechamente conectadas y han ofrecido formas creativas de convertirse en individuos de profundidad y compasión abrazando la espiritualidad.

 

Las religiones tienen una carga preciada, pero a menudo fracasan en su trabajo al moralizar, intelectualizar y defenderse hasta tal punto que su verdadera intención se ve empañada. Hoy en día, los individuos de todo el mundo abandonan las religiones con disgusto y rabia. Sin embargo, todo el mundo tiene un instinto de trascendencia. Los individuos saben que algún tipo de vida espiritual es esencial, y por eso mucha gente está explorando por su cuenta o uniéndose a nuevas iglesias y comunidades.

Diferencian entre la espiritualidad personal que han encontrado y la institución religiosa que han abandonado.